martes, 15 de marzo de 2011

PRODUCTO 7

Narrativa:
‘’El día crítico para Cristobal Colón’’
Llevaban días y días recorriendo el ancho mar, la tripulación, presa de la desesperación, ya que no llegaban a ningún lado, con hambre y sed y dándose cuenta que comenzaba a faltarles de todo, se armo la revuelta, quisieron atacar a Colón ya que él, hasta les mentía de los días que llevaban de recorrido, en su desesperación y por defender hasta la muerte su idea de demostrar que sí llegarían a tocar tierra, les suplico tres días mas de recorrido a partir de ese momento.
Los hermanos Pinzón, los cuales viajaban en ‘’La Pinta’’ que era la carabela más grande y la más ligera llevaban la  delantera e iba delante del Almirante (a bordo de la Santa María), ellos apoyaron la petición que Colón hacia a la tripulación.
La primera señal de que Colón había llegado a tierra una ´´como candelilla´´ que creyó ver –no estaba seguro- en la obscuridad. A sus compañeros no les parecía suficiente, pero él sentía que estaba cerca y ordeno que recogieran las velas para que el viento no las moviera durante la noche. Esta tierra vio primero un marinera que se decía Rodrigo de Triana. El Almirante, a las 10 de la noche, había visto lumbre, aunque fue cosa tan cerrada (tan dudosa) que no quiso afirmar que fuese tierra.   Después que el Almirante lo dijo se vio una vez o dos, y era como una candelilla de cera que se alzaba, lo cual  a pocos pareció ser indicio (señal) de tierra. Pero el Almirante tuvo por cierto estar junto a la tierra. Por lo cual, cuando dijeron la Salve, que la acostumbran decir e cantar los marineros, les rogó que hiciesen buena guardia y mirasen bien por la tierra y que al que le dijese primero que veía tierra le daría un jubón de seda, además de las otras recompensas que los reyes habían prometido, que eran diez mil maravedís a quien primero lo viese. (Al parecer, Colón alegó que él había sido quien primero vio tierra, por las luces de la noche anterior, y los diez mil maravedís fueron a dar a su bolsillo).
A las dos horas después de la media noche  apareció la tierra, de la cual estaría a dos lenguas (unos 11 kilómetros). Amañaron todas las velas y se pusieron a la corda hasta que llegaron a una isleta de lo lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahani.
Hasta ese momento termina el tiempo crítico y de  angustia para Colón, toco tierra, sin saber  nunca,  que había llegado a un nuevo mundo, pero sí invadido de  alegría junto con su tripulación por haber logrado después de más de 60  días de angustia su deseo hecho realidad.

Relato elabortado por:

Adriana Miranda y María Eugenia Medina apoyadas en algunos segmentos del libro "Asombro del Nuevo Mundo", del autor Felipe Garrido.

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